Descubre por qué es aconsejable practicar y fomentar la actividad física en invierno.

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Con la llegada del invierno, las molestias por dolor son más frecuentes. Algunos de los factores que contribuyen al aumento de este dolor en el invierno son:

  • Aumento de la tensión de las fibras musculares;
  • Contracción de los vasos sanguíneos;
  • Dificultades en el suministro de sangre;
  • Reducción de lubricación en las articulaciones.

Nuestros músculos se contraen para tratar de aumentar la producción de calor, aumentando así la tensión en las fibras musculares. Los vasos sanguíneos de la región periférica se contraen y dirigen la sangre al tronco para mantener la temperatura favorable a nuestros órganos vitales (corazón, pulmón, cerebro y también los órganos abdominales). De esta manera, los músculos reciben menos sangre, causando una mayor sensibilidad al dolor.

El frío provoca el espesamiento del líquido responsable de la lubricación de nuestras articulaciones, causando limitación y dolor en todo el arco de movimiento. Además, puede desencadenar crisis depresivas, debido a los días nublados y grises.

Se estima que en los países donde el invierno es bastante duro y con días de poca luz, alrededor del 10% de la población desarrolla depresión invernal o depresión estacional.

En países con temperaturas invernales suaves, como por ejemplo, en Brasil, el mal alcanza al 1% de la población. Aunque la incidencia de los casos es mayor en los países con inviernos rigurosos, es necesario ser consciente de los síntomas, especialmente si son recurrentes.

Por lo tanto, debemos fomentar la práctica de la actividad física en invierno, para prevenir la aparición o acentuación de los síntomas musculo-esqueléticos, así como la propensión a los síntomas depresivos.

Fuente: https://blogpilates.com.br/atividade-fisica-no-inverno/